La disfunción eréctil afecta a millones de hombres de todas las formas, tamaños, edades y orígenes. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en hombres de mediana edad y mayores, o en hombres que no están en forma o que sufren de un flujo sanguíneo deficiente.
A veces, la capacidad de un hombre para conseguir y mantener una erección puede deberse a factores físicos o psicológicos. Si el problema es puramente físico, puede desaparecer con el tiempo, el ejercicio o un cambio en el estilo de vida. Sin embargo, si hay razones psicológicas subyacentes para la falta de función eréctil (como la ansiedad o la depresión), estos problemas pueden continuar incluso después de tratar la causa física.
Entonces, ¿a qué edad la disfunción eréctil tiende a impedir que los hombres tengan una erección? No existe una respuesta universal a esta pregunta, ya que la disfunción eréctil puede variar de un hombre a otro y cambiar con el tiempo. Sin embargo, la mayoría de los médicos dirían que es normal que la capacidad de un hombre para conseguir una erección disminuya gradualmente a partir de los 40 años.
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil es una condición en la que los hombres no son capaces de conseguir una erección lo suficientemente fuerte como para tener relaciones sexuales. Esto puede deberse a varios factores, como problemas de salud física, problemas psicológicos o niveles bajos de testosterona.
La edad y la disfunción eréctil
La disfunción eréctil puede afectar a un hombre en cualquier etapa de su vida, pero es más común en hombres de 40 años o más. Esto se debe probablemente al hecho de que a medida que los hombres envejecen, sus cuerpos producen naturalmente menos testosterona. Los niveles bajos de testosterona también pueden dar lugar a otros problemas, como la disminución de la masa muscular y la reducción de la fuerza, que pueden afectar a la función sexual.
Aunque la testosterona no suele ser la única culpable. Es poco probable que los niveles bajos de testosterona por sí solos sean la única causa de la disfunción eréctil recurrente, sino que suele ser una combinación de múltiples factores que conducen a la disfunción eréctil, todos ellos relacionados con la edad.
El flujo sanguíneo es un factor clave para conseguir una erección. A medida que los hombres envejecen, sus arterias tienden a ser menos elásticas y, por tanto, no pueden expandirse tanto cuando se llenan de sangre. Esto provoca problemas en el suministro de sangre oxigenada al pene (necesaria para una erección sana) y en el flujo de los impulsos nerviosos que conducen a la erección.
Los factores psicológicos también son importantes a la hora de determinar si un hombre tendrá disfunción eréctil. El estrés y la ansiedad pueden provocar niveles bajos de testosterona, lo que agrava la disfunción eréctil. Además, algunos hombres pueden sentirse avergonzados por su incapacidad para excitarse, lo que les lleva a ocultarlo a los demás.
También se ha demostrado que la dieta desempeña un papel en la disfunción eréctil. La dieta de una persona puede afectar a los niveles de testosterona, así como a la cantidad y calidad del esperma producido. Las dietas pobres con alto contenido de azúcar, alimentos procesados y grasas poco saludables pueden conducir a niveles más bajos de testosterona.
Los niveles bajos de testosterona también pueden ser causados por medicamentos como los antidepresivos, los ansiolíticos y los corticosteroides. Estos medicamentos pueden interferir en la producción natural de testosterona del organismo, lo que provoca niveles bajos en los hombres que los toman.
Condiciones y factores del estilo de vida que causan la disfunción eréctil
La capacidad de crear y mantener una erección no empieza ni termina con un solo factor. Tanto las afecciones como los factores relacionados con el estilo de vida pueden contribuir a la disfunción eréctil, dificultando que algunos hombres consigan o mantengan una erección.
Hay muchas causas posibles de la disfunción eréctil, pero la siguiente lista no es exhaustiva:
La disfunción eréctil puede estar causada por una combinación de factores físicos (médicos) y psicológicos.
Las causas físicas de la disfunción eréctil pueden incluir problemas con el flujo sanguíneo (vasos sanguíneos) hacia el pene, como la diabetes o un ataque al corazón; niveles bajos de testosterona, que pueden ser causados por condiciones médicas como la edad o el cáncer; y anormalidades anatómicas que reducen el tamaño o la sensibilidad de los nervios que irrigan el pene.
Las causas psicológicas pueden incluir la ansiedad o la depresión, que pueden interferir con la capacidad natural del cuerpo para conseguir y mantener una erección.
Los factores del estilo de vida que se han relacionado con la disfunción eréctil incluyen el sobrepeso o la obesidad; fumar cigarrillos, cigarros o marihuana; beber alcohol en exceso; consumir drogas recreativas como la cocaína, el éxtasis y la metanfetamina; tener malos hábitos de sueño; estar excesivamente estresado.
La disfunción eréctil puede tratarse con una variedad de tratamientos, algunos de los cuales se enumeran a continuación.
Tratamientos para la disfunción eréctil
Se pueden recetar medicamentos para mejorar el flujo sanguíneo o los niveles de testosterona, y también pueden ayudar a reducir la ansiedad o la depresión. Entre los medicamentos más utilizados para la disfunción eréctil se encuentran el sildenafilo y el tadalafilo, que se emplean en el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar y la angina de pecho, respectivamente.
El sildenafilo y el tadalafilo son inhibidores de la PDE5 y actúan aumentando el flujo sanguíneo hacia el pene. Se toman en forma de comprimidos, normalmente con alimentos. Funcionan aumentando la cantidad de sangre que fluye hacia el pene, y suelen ser eficaces en el tratamiento de la disfunción eréctil.
Sin embargo, estos medicamentos tienen algunos efectos secundarios, como dolor de cabeza, mareos y riesgo de infarto o derrame cerebral; por lo tanto, los pacientes deben hablar siempre con su médico antes de iniciar el tratamiento.
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